Definición. La linfocitosis, o un recuento elevado de linfocitos, es un aumento en un tipo de glóbulo blanco de la sangre denominado linfocito. Los linfocitos ayudan a combatir las enfermedades, por lo tanto es normal que la cantidad de linfocitos aumente temporalmente después de una infección.
Índice
¿Qué puede elevar los linfocitos? Causas
- Infección. Por lo general, cuando existe alguna infección en el organismo, se presenta un aumento.
- Cáncer en la sangre. Podría ser esta la causa si el conteo se mantiene alto por mucho tiempo.
- Enfermedad inmunológica.
- Trastorno linfoproliferativo.
- Covid-19.
¿Qué nivel de linfocitos es preocupante?
En las personas adultas, un recuento notablemente mayor que 3000 linfocitos en un microlitro de sangre se considera, en general, linfocitosis. En los niños, el umbral para la linfocitosis varía según la edad. Puede ser un valor tan elevado como 9000 linfocitosis por microlitro.
¿Cuándo preocuparse por los linfocitos altos?
Según una publicación de la Clínica Mayo, para los adultos, si los linfocitos están por encima de 3000 en un microlitro de sangre, significa que son altos. En los niños, esto varía según la edad y puede estar entre 5000 y 9000.
¿Qué hay que hacer para bajar los linfocitos?
Asimismo se recomienda llevar una dieta rica en vegetales, minerales, hierro y vitamina C y una buena hidratación, para evitar coger cualquier infección y mantener los linfocitos a raya.
¿Cuál es el porcentaje de linfocitos altos?
El límite de alta de linfocitos considerados como normales es de 4500 por microlitro de sangre. Sin embargo, en una persona adulta la cantidad de 3000 o más, ya se considera como linfocitos altos. En el caso de los niños, solo cuando superan la cantidad de 9000 puede ser considerado como linfocitos altos.
¿Cuánto es lo normal de linfocitos?
Neutrófilos: 40% a 60% Linfocitos: 20% a 40% Monocitos: 2% a 8%
¿Qué significa tener 47 de linfocitos?
Si tu doctor determina que tu recuento de linfocitos es alto, el resultado de la prueba quizás sea evidencia de una de las afecciones siguientes: Infección (bacteriana, viral o de otro tipo) Cáncer de la sangre o el sistema linfático. Un trastorno autoinmunitario que provoca inflamación continua (crónica)