La consecuencia más común de aguantar las ganas de evacuar es sufrir de estreñimiento, debido a que las heces permanecen más tiempo en el intestino, donde se da la absorción de agua y, por esta razón, estas se resecan y se tornan más difíciles de expulsar.
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¿Es malo aguantarse las ganas de defecar?
El aguantar por un tiempo muy prolongado las ganas de defecar hace que las heces se acumulen hasta crear una especie de “tapón”. Esto, al momento de evacuar, se vuelve una tortura, ya que el excremento se encuentra duro y por lo tanto puede llegar a ser doloroso expulsarlo.
¿Cuánto tiempo se pueden aguantar las ganas de ir al baño?
La doctora Juana Carretero, de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), pone un límite de tiempo aproximado: “Lo habitual es no estar más de tres días consecutivos sin ir al baño. Eso si se mantiene una dieta normal y se ingieren líquidos en abundancia”.
¿Qué pasa cuando te aguantas las ganas de ir al baño?
Además de la cistitis el aguantarse las ganas de ir al baño puede ocasionar que la vejiga se ensanche, ocasionando que deje de funcionar con normalidad, lo que provoca incapacidad para controlar la como antes. También puede originar cálculos renales, lo que ocasiona un gran dolor al desecharlos por medio de la orina.
¿Qué pasa cuando te aguantas las ganas de hacer del baño?
Retener frecuentemente la orina puede dañar los músculos del suelo pélvico. Uno de estos músculos es el esfínter uretral, que mantiene la uretra cerrada, para evitar que la orina se escape. Dañar este músculo podría provocar incontinencia urinaria.
¿Qué pasa si no orino en todo el día?
Mantener la orina durante muchas horas puede ser motivo de infección, en especial para las mujeres que tienen la uretra más corta” Si esta retención se da en un grado importante, dichas infecciones pueden provocar cálculos en los riñones e incluso en la vejiga (litiasis) o favorecer el reflujo de la orina.